miércoles, 24 de abril de 2013

LECTURA 3er AÑO


Políticas de población

Existen dos maneras de decidir qué se entiende por "política de población":

deductiva o ideal: se parte del significado de los dos conceptos implicados ("política" y "población") y se observa después qué políticas reales se pueden englobar en tal definición.

inductiva o empírica: se observan las políticas reales que históricamente han sido calificadas como "políticas de población" y se construye después la definición a partir de sus características común

Para J.M. de Miguel y J. Díez Nicolás (1985;15) …”La política demográfica o política de población es un término que se refiere no al análisis de los factores sociales en la explicación de las variaciones del llamado movimiento natural de la población (natalidad, mortalidad, nupcialidad, etc.) sino precisamente a un proceder contrario: al intento de modificar la estructura demográfica de una población con objeto de mejorar su situación, desarrollo o procesos de desigualdad social”. También se le puede definir como “…el conjunto de medidas que pretenden influir sobre la tasa de crecimiento, las estructuras y la distribución geográfica de la población” (Tapinos, 1998:362)






















 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En el presente esquema encontramos que quienes pretenden ser imparciales y empíricos observan las políticas de población como parte del abanico de posibilidades políticas, junto a otras más como son las políticas económicas, sociales, culturales, etc. Pero lo importante es que este tipo particular de política será intervenir sobre el volumen de población y la composición de la misma. Por tanto los fenómenos o comportamientos demográficos sobre los que se debería influir para conseguirlo no son más que los tres fenómenos que determinan la dinámica poblacional: los nacimientos, las defunciones y las migraciones.

 

Indicadores Ambientales

En un primer momento se debe definir que se entiende por indicadores ambientales y como es que surgen éstos. Entendemos por indicadores ambientales a aquellos que proporcionan información oportuna, precisa y fiable acerca del ambiente y el desarrollo sustentable que nos permite “la toma de decisiones”. Son herramientas útiles ya que están sustentadas en bases científicas y técnicas, que permiten facilitar el acceso a la información a los diferentes grupos de usuarios, permitiendo con ello transformar la

información en acciones. Algunas instituciones encargadas del desarrollo de este tipo de indicadores son el Banco Mundial, Programa Internacional de Educación Ambiental (PNUMA). Por otra parte se crea a partir de que el grupo de las siete naciones más poderosas del mundo, solicita a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el establecimiento de indicadores ambientales en el contexto de la toma de decisiones, considerando factores ambientales y económicos en 1997. Los

indicadores también sirven para identificar aquellas fuerzas que contribuyen hacia el mejoramiento o la degradación de las condiciones económicas, sociales y ambientales, permitiendo establecer metas precisas de acciones futuras para que su ve, los gobiernos y la sociedad civil evalúen avances en sus acciones (Autoridad Nacional del Ambiente, 2000).

Estos indicadores o también llamados índices integrados son utilizados en una gran variedad de disciplinas para medir conceptos complejos y multidimensionales que no se pueden observar ni medir directamente. Su importancia reside en su habilidad de sintetizar una gran cantidad de información en un formato simple y práctico. La sencillez de estos índices integrados facilita el acceso a la información al público en general y a otros usuarios potenciales. (Autoridad Nacional del Ambiente, 200, p.4.)

Radica la importancia del desarrollo de indicadores en tres objetivos ambientales fundamentales que permiten alcanzar el desarrollo sustentable

1. Proteger la salud humana y el bienestar general de la población

2. Garantizar el aprovechamiento sustentable de los recursos

3. Conservar la integridad de los ecosistemas

Actualmente, existen numerosas organizaciones regionales, internacionales, agencias gubernamentales y grupos de científicos que llevan a cabo iniciativas para desarrollar indicadores ambientales, un ejemplo de ello es las Naciones Unidas (ONU), quien cuenta con varias divisiones o agencias que están desarrollando grupos de indicadores relacionados con el ambiente, diferenciados por  objetivos.

A partir de 1994, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) propuso el modelo denominado “Presión – Estado – Respuesta” (PER) (Environment Canada y OCDE, citado en INE, 1997), este modelo se encuentra basado en la lógica de
causalidad, presupone relaciones de acci{on y respuesta entre la economía y el medio ambiente y parte de cuestionamientos simples.

La metodología PER (Presión – Estado – Respuesta) Identifica tres tipos de indicadores ambientales:

a. Indicadores de presiones ambientales causadas por el hombre

b. Indicadores de las condiciones o calidad del ambiente y los recursos naturales.

c. Indicadores de las respuestas de la sociedad a las presiones sobre el ambiente (SINIA, 2001)

 

Los indicadores de Presión hacen una descripción de las presiones que se ejercen sobre el ambiente mediante el desarrollo de las actividades humanas, las cuales son clasificadas comúnmente como factores o fuerzas subyacentes tales como: crecimiento poblacional, consumo o pobreza, las presiones sobre el ambiente son consideradas usualmente desde un punto de vista político, de manera inicial, para abordar los asuntos ambientales, y posteriormente como indicador cuando están disponibles para su análisis, producto de bases de datos de seguimiento socioeconómicos, ambientales, entre otros (Centro Virtual Investigación y Desarrollo, 2001). A estos indicadores se les clasifica en dos grupos:

1. Indicadores de presiones directas sobre el ambiente, ocasionadas por las actividades humanas: por el volumen de residuos generados, Emisión de contaminantes al aire, etc.

2. Indicadores de actividades humanas en sí mismas, o sea, las condiciones de las actividades productivas o actividades que generan la problemática llamada: Evolución y características de la planta vehicular.

 

Existe la explicación hecha por el Instituto Nacional de Ecología de que esta segunda clase de indicadores de presión se toma en cuenta debido a que por una parte, proporciona elementos para pronosticar la evolución de la problemática y por la otra, ayuda a definir acciones y/o políticas en materia ambiental que deberán aplicarse para estos sectores causantes de la problemática (INE, 1997, p.7).

Es importante tomar en consideración que el Estado se refiere a la condición del medio ambiente a causa de las presiones  generadas por las actividades humanas y es por ello que los indicadores de Estado describen la calidad del ambiente, así como a la cantidad y estado de los recursos naturales, por ejemplo la calidad del aire (concentraciones de contaminantes) o de agua, de la misma manera la cantidad de recursos naturales; éstos indicadores representan generalmente los objetos de políticas de protección ambiental.

En este tipo de indicadores, se introducen los efectos a la salud de la población y a los ecosistemas, causados precisamente por el deterioro de la calidad ambiental (INE, 1997)

 

Políticas ambientales

Tal como se pudo constatar en el apartado anterior, los indicadores de Respuesta representan los esfuerzos por la sociedad o por una institución determinada para reducir o mitigar la degradación del ambiente, estos indicadores son los de desarrollo más lento, pues debido a su complejidad para medir cuantitativamente como una acción de respuesta puede llegar a incidir en la resolución de los problemas, podemos observar que las acciones de respuesta están dirigidas hacia la consecución de dos objetivos principales, en primer lugar, hacia los agentes de “presión”, un ejemplo de ello es a través del establecimiento de tecnologías más limpias para disminuir el volumen de emisiones; y en segundo lugar, estableciendo políticas públicas por parte de las instituciones

gubernamentales tales como el establecimiento de criaderos de torturas, de truchas, etc.,

Además de las acciones de respuestas que se podrían definir, existe una incertidumbre en cuanto a lo difícil que es determinar en qué medida éstas inciden en la problemática, un ejemplo caro, lo tenemos en el número de normas ambientales desarrolladas por el Gobierno, establecidas en alguna materia en particular, acuerdos voluntarios con algunos sectores productivos, o el establecimiento de redes de monitoreo de calidad ambiental, etc. Estas acciones, a pesar de no incidir de manera inmediata en el problema, son fundamentales para su atención y solución, por lo que este tipo de respuesta se les denomina generales, distinguiéndose de las específicas.

Por otra parte el rápido crecimiento de la economía y la población en México están ejerciendo una presión significativa en el medio ambiente, aumentando la contaminación y agotando los recursos naturales. México de acuerdo a la OCDE, cuenta ahora con un marco legal e institucional sólido en materia medioambiental que le está permitiendo alcanzar algunos resultados positivos, Para avanzar en la implementación es recomendable que refuerce y aumente el financiamiento de esta políticas medio

ambientales además de que también recomienda esta organismo a México que refuerce e integre las preocupaciones medioambientales en las políticas sectoriales. Dentro del Estudio sobre el Desempeño Ambiental de México, existen 61 recomendaciones concretas sobre como se puede contribuir con la mejoría del medio ambiente en el país.

Actualmente, México ha adoptado un ambicioso enfoque de la gobernación del medio ambiente, cada vez más existe una tendencia por parte de encargados de políticas sectoriales de incorporar las mejores prácticas en materia de desarrollo sustentable.

Dentro de las políticas públicas podemos hacer mención de: Mejoramiento de la calidad del aíre en áreas urbanas tales como la gran ciudad de México donde el bióxido de carbono y el bióxido de azufre han disminuido, con lo cual los niños pequeños están sufriendo menos enfermedades respiratorias agudas, sin embargo, la contaminación del aire continua siendo una seria amenaza para la salud pública.

Se ha progresado en la descentralización de la administración del agua, incluyendo la creación de consejos de cuencas de los ríos que transfieren la administración de los distritos de irrigación a asociaciones de usuarios, ayudando a los municipios a desarrollar infraestructura para el agua y para el tratamiento de las aguas negras, por lo que según este informe más del 95% del agua potable está desinfectada, lo que ha representado una importante disminución en las enfermedades gastrointestinales y en la desaparición del cólera.

Se han realizado esfuerzos significativos para mejorar la administración de los desechos peligrosos, aumentando con rapidez la capacidad de tratamiento y eliminación de los mismos. Mayores coincidencias con la agenda internacional en materia de medioambiente, además de que tiene algunos años que se ha incluido al desarrollo sustentable como un objetivo dentro del Plan Nacional del Desarrollo (http://www.oecd.org/document/40/0,3343,en_33873108_33873610_18960360_1_1_1_1,00.html)

Si bien es cierto que este organismo reconoce que se ha avanzado es importante mencionar que este organismo continúa haciendo recomendaciones tales como la delegación de poderes en México tanto en la política medioambiental como en su implementación requiere de un adecuado fortalecimiento y construcción de las capacidades en los niveles estatales y municipales.

Continuar luchando con la deforestación, misma que se encuentra actualmente en los niveles más altos del mundo, y lograr que exista acceso al agua potable mediante “las cruzadas por los bosques y el agua”.

Por otra parte si México, según este estudio, cuenta con el 12% de la biodiversidad del mundo, pero es importante señalar, que ésta se encuentra seriamente amenazada por la deforestación, el pastoreo en exceso en las zonas áridas y el comercio ilegal de especies amenazadas es cada vez mayor, se debe fortalecer la implementación de la legislación en materia del abatimiento de la contaminación y la protección de la naturaleza, incluyendo el aumento de las tasas de inspección y del nivel de cumplimiento de las normas, así como de ampliar la utilización de los instrumentos económicos y el aumento de la eficiencia.

Otra política pública es aumentar las fuentes de recursos públicos, privados e internacionales para financiar la infraestructura necesaria para el suministro de agua potable y el tratamiento de aguas de desecho. La inversión en infraestructura para el agua se encuentra aproximadamente a la mitad de lo necesario, ya que sólo el 25% del agua de desecho en las ciudades es tratada y la gran mayoría de las descargas industriales no tienen tratamiento.

Otra de las políticas públicas a fortalecer es la integración de las preocupaciones medioambientales en las decisiones sectoriales en áreas tales como la agricultura, la energía y el transporte. México no ha podido separar el crecimiento económico de las presiones medioambientales, tal y como lo han hecho otros países de la OCDE, el transporte de carga en las carreteras ha aumentado en un 78% durante la última década y cuando existen diversas propuestas para mejorar el precio de los energéticos y los impuestos al mismo, pocas se han puesto en marcha.

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