Políticas de población
Existen dos maneras de decidir qué se entiende por
"política de población":
deductiva o
ideal: se parte del significado de los dos conceptos implicados
("política" y "población") y se observa después qué políticas
reales se pueden englobar en tal definición.
inductiva o
empírica: se observan las políticas reales que históricamente han sido
calificadas como "políticas de población" y se construye después la
definición a partir de sus características común
Para J.M. de Miguel y J.
Díez Nicolás (1985;15) …”La política demográfica o política de población es un
término que se refiere no al análisis de los factores sociales en la explicación
de las variaciones del llamado movimiento natural de la población (natalidad, mortalidad,
nupcialidad, etc.) sino precisamente a un proceder contrario: al intento de modificar
la estructura demográfica de una población con objeto de mejorar su situación, desarrollo
o procesos de desigualdad social”. También se le puede definir como “…el conjunto
de medidas que pretenden influir sobre la tasa de crecimiento, las estructuras
y la distribución geográfica de la población” (Tapinos, 1998:362)
En el presente esquema encontramos que
quienes pretenden ser imparciales y empíricos observan las políticas de
población como parte del abanico de posibilidades políticas, junto a otras más
como son las políticas económicas, sociales, culturales, etc. Pero lo importante
es que este tipo particular de política será intervenir sobre el volumen de población
y la composición de la misma. Por tanto los fenómenos o comportamientos demográficos
sobre los que se debería influir para conseguirlo no son más que los tres fenómenos
que determinan la dinámica poblacional: los nacimientos, las defunciones y las
migraciones.
Indicadores Ambientales
En un primer momento se debe definir que se
entiende por indicadores ambientales y como es que surgen éstos. Entendemos por
indicadores ambientales a aquellos que proporcionan información oportuna,
precisa y fiable acerca del ambiente y el desarrollo sustentable que nos
permite “la toma de decisiones”. Son herramientas útiles ya que están sustentadas
en bases científicas y técnicas, que permiten facilitar el acceso a la información
a los diferentes grupos de usuarios, permitiendo con ello transformar la
información en acciones. Algunas
instituciones encargadas del desarrollo de este tipo de indicadores son el
Banco Mundial, Programa Internacional de Educación Ambiental (PNUMA). Por otra
parte se crea a partir de que el grupo de las siete naciones más poderosas del
mundo, solicita a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), el establecimiento de indicadores ambientales en el contexto de la toma
de decisiones, considerando factores ambientales y económicos en 1997. Los
indicadores también sirven para identificar
aquellas fuerzas que contribuyen hacia el mejoramiento o la degradación de las condiciones
económicas, sociales y ambientales, permitiendo establecer metas precisas de
acciones futuras para que su ve, los gobiernos y la sociedad civil evalúen
avances en sus acciones (Autoridad Nacional del Ambiente, 2000).
Estos indicadores o también llamados índices
integrados son utilizados en una gran variedad de disciplinas para medir
conceptos complejos y multidimensionales que no se pueden observar ni medir
directamente. Su importancia reside en su habilidad de sintetizar una gran
cantidad de información en un formato simple y práctico. La sencillez de estos
índices integrados facilita el acceso a la información al público en general y
a otros usuarios potenciales. (Autoridad Nacional del Ambiente, 200, p.4.)
Radica la importancia del desarrollo de
indicadores en tres objetivos ambientales fundamentales que permiten alcanzar
el desarrollo sustentable
1. Proteger la salud humana y el bienestar
general de la población
2. Garantizar el aprovechamiento
sustentable de los recursos
3. Conservar la integridad de los
ecosistemas
Actualmente, existen numerosas
organizaciones regionales, internacionales, agencias gubernamentales y grupos
de científicos que llevan a cabo iniciativas para desarrollar indicadores
ambientales, un ejemplo de ello es las Naciones Unidas (ONU), quien cuenta con
varias divisiones o agencias que están desarrollando grupos de indicadores relacionados
con el ambiente, diferenciados por objetivos.
A partir de 1994, la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) propuso el modelo denominado “Presión
– Estado – Respuesta” (PER) (Environment Canada y OCDE, citado en INE, 1997),
este modelo se encuentra basado en la lógica de
causalidad, presupone
relaciones de acci{on y respuesta entre la economía y el medio ambiente y parte
de cuestionamientos simples.
La metodología PER (Presión – Estado –
Respuesta) Identifica tres tipos de indicadores ambientales:
a. Indicadores de presiones ambientales
causadas por el hombre
b. Indicadores de las condiciones o calidad del ambiente y los
recursos naturales.
c. Indicadores de las respuestas de la
sociedad a las presiones sobre el ambiente (SINIA, 2001)
Los indicadores de Presión hacen una
descripción de las presiones que se ejercen sobre el ambiente mediante el
desarrollo de las actividades humanas, las cuales son clasificadas comúnmente
como factores o fuerzas subyacentes tales como: crecimiento poblacional,
consumo o pobreza, las presiones sobre el ambiente son consideradas usualmente
desde un punto de vista político, de manera inicial, para abordar los asuntos ambientales,
y posteriormente como indicador cuando están disponibles para su análisis, producto
de bases de datos de seguimiento socioeconómicos, ambientales, entre otros (Centro
Virtual Investigación y Desarrollo, 2001). A estos indicadores se les clasifica
en dos grupos:
1. Indicadores de presiones directas sobre
el ambiente, ocasionadas por las actividades humanas: por el volumen de
residuos generados, Emisión de contaminantes al aire, etc.
2. Indicadores de actividades humanas en
sí mismas, o sea, las condiciones de las actividades productivas o actividades
que generan la problemática llamada: Evolución y características de la planta
vehicular.
Existe la explicación hecha por el Instituto
Nacional de Ecología de que esta segunda clase de indicadores de presión se
toma en cuenta debido a que por una parte, proporciona elementos para
pronosticar la evolución de la problemática y por la otra, ayuda a definir
acciones y/o políticas en materia ambiental que deberán aplicarse para estos
sectores causantes de la problemática (INE, 1997, p.7).
Es importante tomar en consideración que el
Estado se refiere a la condición del medio ambiente a causa de las presiones generadas por las actividades humanas y es por
ello que los indicadores de Estado describen la calidad del ambiente, así como
a la cantidad y estado de los recursos naturales, por ejemplo la calidad del
aire (concentraciones de contaminantes) o de agua, de la misma manera la
cantidad de recursos naturales; éstos indicadores representan generalmente los
objetos de políticas de protección ambiental.
En este tipo de indicadores, se introducen
los efectos a la salud de la población y a los ecosistemas, causados
precisamente por el deterioro de la calidad ambiental (INE, 1997)
Políticas ambientales
Tal como se pudo constatar en el apartado
anterior, los indicadores de Respuesta representan los esfuerzos por la
sociedad o por una institución determinada para reducir o mitigar la
degradación del ambiente, estos indicadores son los de desarrollo más lento, pues
debido a su complejidad para medir cuantitativamente como una acción de respuesta
puede llegar a incidir en la resolución de los problemas, podemos observar que las
acciones de respuesta están dirigidas hacia la consecución de dos objetivos principales,
en primer lugar, hacia los agentes de “presión”, un ejemplo de ello es a través
del establecimiento de tecnologías más limpias para disminuir el volumen de
emisiones; y en segundo lugar, estableciendo políticas públicas por parte de
las instituciones
gubernamentales tales como el
establecimiento de criaderos de torturas, de truchas, etc.,
Además de las acciones de respuestas que se
podrían definir, existe una incertidumbre en cuanto a lo difícil que es
determinar en qué medida éstas inciden en la problemática, un ejemplo caro, lo
tenemos en el número de normas ambientales desarrolladas por el Gobierno,
establecidas en alguna materia en particular, acuerdos voluntarios con algunos sectores
productivos, o el establecimiento de redes de monitoreo de calidad ambiental, etc.
Estas acciones, a pesar de no incidir de manera inmediata en el problema, son fundamentales
para su atención y solución, por lo que este tipo de respuesta se les denomina
generales, distinguiéndose de las específicas.
Por otra parte el rápido crecimiento de la
economía y la población en México están ejerciendo una presión significativa en
el medio ambiente, aumentando la contaminación y agotando los recursos
naturales. México de acuerdo a la OCDE, cuenta ahora con un marco legal e
institucional sólido en materia medioambiental que le está permitiendo alcanzar
algunos resultados positivos, Para avanzar en la implementación es recomendable
que refuerce y aumente el financiamiento de esta políticas medio
ambientales además de que también recomienda
esta organismo a México que refuerce e integre las preocupaciones medioambientales
en las políticas sectoriales. Dentro del Estudio sobre el Desempeño Ambiental
de México, existen 61 recomendaciones concretas sobre como se puede contribuir
con la mejoría del medio ambiente en el país.
Actualmente, México ha adoptado un ambicioso
enfoque de la gobernación del medio ambiente, cada vez más existe una tendencia
por parte de encargados de políticas sectoriales de incorporar las mejores
prácticas en materia de desarrollo sustentable.
Dentro de las políticas públicas podemos
hacer mención de: Mejoramiento de la calidad del aíre en áreas urbanas tales
como la gran ciudad de México donde el bióxido de carbono y el bióxido de
azufre han disminuido, con lo cual los niños pequeños están sufriendo menos enfermedades
respiratorias agudas, sin embargo, la contaminación del aire continua siendo
una seria amenaza para la salud pública.
Se ha progresado en la descentralización de
la administración del agua, incluyendo la creación de consejos de cuencas de
los ríos que transfieren la administración de los distritos
de irrigación a asociaciones de usuarios, ayudando a los municipios a
desarrollar infraestructura para el agua y para el tratamiento de las aguas
negras, por lo que según este informe más del 95% del agua potable está
desinfectada, lo que ha representado una importante disminución en las
enfermedades gastrointestinales y en la desaparición del cólera.
Se han realizado esfuerzos
significativos para mejorar la administración de los desechos peligrosos, aumentando
con rapidez la capacidad de tratamiento y eliminación de los mismos. Mayores
coincidencias con la agenda internacional en materia de medioambiente, además
de que tiene algunos años que se ha incluido al desarrollo sustentable como un
objetivo dentro del Plan Nacional del Desarrollo (http://www.oecd.org/document/40/0,3343,en_33873108_33873610_18960360_1_1_1_1,00.html)
Si bien es cierto que este
organismo reconoce que se ha avanzado es importante mencionar que este
organismo continúa haciendo recomendaciones tales como la delegación de poderes
en México tanto en la política medioambiental como en su implementación
requiere de un adecuado fortalecimiento y construcción de las capacidades en
los niveles estatales y municipales.
Continuar luchando con la
deforestación, misma que se encuentra actualmente en los niveles más altos del
mundo, y lograr que exista acceso al agua potable mediante “las cruzadas por
los bosques y el agua”.
Por otra parte si México, según
este estudio, cuenta con el 12% de la biodiversidad del mundo, pero es
importante señalar, que ésta se encuentra seriamente amenazada por la deforestación,
el pastoreo en exceso en las zonas áridas y el comercio ilegal de especies amenazadas
es cada vez mayor, se debe fortalecer la implementación de la legislación en materia
del abatimiento de la contaminación y la protección de la naturaleza,
incluyendo el aumento de las tasas de inspección y del nivel de cumplimiento de
las normas, así como de ampliar la utilización de los instrumentos económicos y
el aumento de la eficiencia.
Otra política pública es
aumentar las fuentes de recursos públicos, privados e internacionales para
financiar la infraestructura necesaria para el suministro de agua potable y el
tratamiento de aguas de desecho. La inversión en infraestructura para el agua se
encuentra aproximadamente a la mitad de lo necesario, ya que sólo el 25% del
agua de desecho en las ciudades es tratada y la gran mayoría de las descargas
industriales no tienen tratamiento.
Otra de las políticas públicas a fortalecer
es la integración de las preocupaciones medioambientales en las decisiones
sectoriales en áreas tales como la agricultura, la energía y el transporte.
México no ha podido separar el crecimiento económico de las presiones
medioambientales, tal y como lo han hecho otros países de la OCDE, el transporte
de carga en las carreteras ha aumentado en un 78% durante la última década y cuando
existen diversas propuestas para mejorar el precio de los energéticos y los impuestos
al mismo, pocas se han puesto en marcha.